El nuevo Código de Publicidad, implementado a través del arte

Con la instrumentación del Código de Publicidad, los comercios de la ciudad debieron ajustar sus carteles y marquesinas a las medidas previstas. En la mayoría de los casos, se solucionó quitándolos y exhibiendo otros más chicos. Pero hay afortunadas excepciones: algunos eligieron adornar y embellecer sus fachadas con pinturas y murales, dejando de lado la cartelería aparatosa y visualmente contaminante. Tomaron la obligación de adaptarse a la normativa como una oportunidad para renovarse, innovar y agradar la vista de clientes y transeúntes. Además, dan lugar a tantos artistas y muralistas locales para que exhiban su obra en espacios que no dejan ser de todos.

Cuando escuché y vi de qué va esta movida, no pude dejar de recordar a mi querida ciudad de Rosario: allá, muchos edificios céntricos son verdaderas reproducciones de obras de arte clásicas y contemporáneas. Mirá de qué se trata.

Mi reconocimiento a aquellos comerciantes que aceptaron el desafío y concibieron a la obligación como una invitación al cambio.

¿Qué opinás de esta tendencia? ¿Viste algún comercio o fachada que haya optado por obras artísticas en lugar de marquesinas?

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El mural de Magnani en plena concepción. Hoy ya está terminado y se exhibe en la farmacia de Guemes y Castelli. La óptica de al lado se luce con un colorido diseño.

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Un conocido bar y restaurante de la calle Alem aprovechó el cierre por reformas para pintar y ambientar el dek de entrada. Y de la mano de enfrente, una feria de verano preparaba su fachada con un mural moderno y urbano.